El gobierno español, a través de su ministro de Educación en funciones, D. Íñigo Méndez de Vigo, ha decidido establecer modificaciones en la reválida de la ESO que se realiza en 4º de la Enseñanza Obligatoria (ESO), en torno a los 16 años, que debe implantarse a partir de la año que viene y que se diseñó durante el mandato del anterior ministro, el polémico José Ignacio Wert.
Una de las principales modificaciones que se han introducido es que la prueba no se hará el mismo día en toda España, que era lo que estableció el gobierno de Partido Popular en sus tiempos de mayoría absoluta. En la misma línea, ahora mismo pierde peso el Estado en cuanto a reparto competencial y lo ganan las comunidades autónomas. De esta forma, ahora van a ser los gobiernos autonómicos los que se encargarán de poner fecha, fijar el lugar y establecer la realización de las evaluaciones. En la primera versión era el ministerio el que se encargaba de establecer todas estas condiciones. Las pruebas pierden así su carácter centralista.
Las comunidades autónomas tendrán que encargarse de redactar las preguntas, establecer guías de corrección, coordinación con institutos y universidades, designación de tribunales, etc.
Cada una de las pruebas tendrá una extensión máxima de 15 preguntas, lo que reduce de forma considerable lo establecido en el antiguo diseño del ministro Wert, que contemplaba el triple de preguntas de tipo test. El nuevo cambio permite la utilización de preguntas de respuesta cerrada tipo test pero también de preguntas abiertas y semiabiertas de desarrollo.
Respecto a la versión anterior se mantiene que, si los alumnos no aprueban las reválidas de la ESO y el Bachillerato, no pueden conseguir el título ni tampoco seguir estudiando. Esta norma tendrá vigencia a partir de 2018, ya que en 2017 se realizarán pruebas piloto que no tendrán efectos en el historial académico de los alumnos.