Según una encuesta de Sigma Dos, un par de meses después de haber tomado posesión el Partido Popular incrementa su ventaja sobre sus competidores. A pesar de gobernar en minoría, la intención de voto manifestada por los españoles hacia el partido en el gobierno asciende hasta el 34,8%, casi 2 puntos por encima  del resultado que obtuvieron en las últimas elecciones del 26J.

Sin embargo, su antagonista histórico, el PSOE, se queda en un 19,4% en intención de voto después de un año convulso en el que ha fracasado el liderazgo de Sánchez y en el que ha sido duramente acosado desde su izquierda política, Unidos Podemos. Con respecto a los resultados alcanzados en junio ha perdido 3,3 puntos y ha pasado de ser la segunda fuerza en intención de voto a convertirse en la tercera.

Precisamente es Unidos Podemos el partido que ocupa la segunda plaza en las encuestas que, a pesar de sus recientes tensiones internas entre las familias que lo componen, ha conseguido aumentar su margen casi en un punto y medio. Desde el 21,1% de las últimas elecciones hasta el 22,5% de la encuesta actual. Los analistas encuentran una de las principales causas de esta subida en la fuerte crisis que actualmente vive el PSOE, partido del que Unidos Podemos se distancia en 3 puntos.

Por su parte, Ciudadanos, que hoy por hoy es el socio preferente del Partido Popular, se mantiene, descendiendo medio punto sobre los resultados de la última convocatoria electoral, quedando en un 12,6% de intención de voto.

En cualquier caso la ventaja del Partido Popular sobre sus competidores es lo suficientemente holgada como para que, en el caso de no encontrar los apoyos parlamentarios suficientes para poder llevar a cabo sus políticas, al partido en el gobierno no tuviera que temblarle la mano a la hora de convocar unas nuevas elecciones.

Todo esto ante la incierta aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. En un contexto en el que 43% de la población piensa que la situación del país es “mala o muy mala” y un 46% la califica como “regular”.