Los ciudadanos españoles tuvimos dos elecciones generales en menos de 6 meses, dada la imposibilidad de formar gobierno y con el propósito de desbloquear la situación política. Lo cierto es que, aunque la victoria del Partido Popular fue clara en esta segunda vuelta e incluso aumentó su ventaja, la situación está muy lejos de ser estable, el reparto de escaños no permite la formación de gobierno. Buena parte de la ciudadanía se pregunta si no tendremos que regresar a las urnas antes de fin de año. Sin que eso nos asegure que los resultados permitan la formación de gobierno en nuestro país.

La situación ahora mismo es así de clara: o se facilita un gobierno del Partido Popular con una abstención total o parcial del PSOE o estamos abocados a unas nuevas elecciones. El presidente del Gobierno Español en funciones, Mariano Rajoy, se reúne en estos días con Ciudadanos, Podemos y PSOE, los principales partidos de la oposición política elegidos por los españoles.

Rajoy acudirá a estas reuniones sin poner un calendario de reformas encima de la mesa, que concretaría con aquellos partidos dispuestos a negociar. Una oferta de negociación que, de salida, parece muy escasa para que el PSOE y PP pudieran aproximar posturas de cara a una posible abstención del primero.

Por otro lado, el sábado pasado el PSOE celebró su Comité Federal y en este se confirmó la negativa a Rajoy. Desde el Partido Popular apelan al sentido de estado de un partido histórico como el PSOE para que no obstaculice la formación de un gobierno popular en España. Otros sectores sostienen que es incongruente pedirle un apoyo, aunque sea por pasiva, al partido socialista, ya que es, por definición, el principal antagonista político del PP y su electorado no entendería que se permitiera un gobierno conservador.