La Federación China de Fútbol (CFA) se independizará del gobierno del país con el objetivo de acceder a mejores fuentes de financiación, así como para contribuir al ambicioso plan orquestado desde Pekín para mejorar la práctica de este deporte en el país y lograr ser sede de un Mundial en el futuro.
De esta forma, el órgano de gobierno de la CFA dejará de estar en manos de la Administración Estatal de Deportes y pasará a tener un consejo de la liga profesional en el que habrá accionistas de los principales clubes. Sería, por tanto, un modelo muy similar al que actualmente impera en las ligas profesionales de Europa.
Este proceso de transformación en la Federación China comienza justo tres semanas después de que el Consejo de Estado aprobara una reforma del fútbol en la que se incluye el fomento de este deporte en las escuelas, donde pasará a ser una asignatura obligatoria con sus propios libros de texto.
Según este plan se construirán alrededor de 50.000 escuelas de fútbol antes del año 2025. Además, se fomentará la creación de equipos de fútbol en empresas y organizaciones con el fin de crear futuras ligas de aficionados a distintos niveles.
Todas estas acciones se enmarcan dentro de un proyecto dirigido a mejorar la calidad de la liga china y de la selección nacional; sobre todo de esta última, cuyos pobres resultados a lo largo de la historia han sido objeto de frustración por parte de los aficionados chinos a este deporte.
Este plan está apoyado por el propio presidente Xi, gran aficionado al fútbol y que asegura que el objetivo a largo plazo de la selección nacional china es el de volver a clasificarse para un Mundial, después ser país organizador y, por último, ser campeón.