La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, podría estar viviendo sus últimas horas al frente del gobierno de la citada comunidad. Después del escándalo mayúsculo que han supuesto las irregularidades en torno a su master en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
Como es sabido, sobre la mesa hay una moción de censura en el parlamento madrileño, impulsada por el PSOE y respaldada por Podemos, que Ciudadanos ha anunciado que acabará apoyando en caso de que el Partido Popular no sustituya a Cifuentes como presidenta antes de fin de mes.
Ante tal estado de cosas, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy ha decidido tomar las riendas del caso y priorizar el gobierno de Madrid frente a la figura de Cifuentes. Para ello, va a emplearse a fondo en cuanto regrese de su viaje diplomático a Argentina. El objetivo es evitar a toda costa que el Partido Popular sea desalojado del poder.
Aunque el presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE) ha indicado que si la presidenta no acredita su posgrado debería dimitir debido a las probadas irregularidades y aunque han encontrado “indicios racionales de delito”, los rectores han dejado en manos de la Justicia la solución del problema. Sin embargo, la solución política pasa por otro camino.
En el terreno político el Partido Popular debe tomar una decisión antes del 7 de mayo, fecha anunciada para la citada moción de censura, aunque esta pudiera producirse antes.
La estrategia de Rajoy es la que ya ha acuñado como su manera de obtener réditos políticos, es decir, dejar pasar los días, enfriar el problema aunque afrontarlo para recuperar la estabilidad al frente del gobierno de Madrid.
Los instigadores de la moción de censura lo tienen claro: Mariano Rajoy y el Partido Popular dejará caer a Cifuentes antes de que haya la menor posibilidad de que la moción de censura planteada pueda prosperar y poner en el gobierno madrileño a Ángel Gabilondo.