Cataluña pone en vigor un nuevo impuesto para las bebidas azucaradas incluido en los últimos presupuestos aprobados por su parlamento.
El citado impuesto fija dos tramos, en función del grado de concentración de azúcar de la bebida: el primero de ellos se refiere a las bebidas que tienen entre cinco y ocho gramos de azúcar por cada 100 mililitros, que subirán 0,08 euros por litro. En el segundo tramo, bebidas azucaradas con más de 8 gramos por cada 100 mililitros, el consumidor final pagará 12 céntimos más.
Para poner un ejemplo claro, una lata de Coca Cola de 330 milílitros costará desde hoy un 7% más.
Este nuevo impuesto repercutirá en el cliente final un gravamen a las bebidas azucaradas. Con esta medida la Generalitat espera recaudar 41 millones de euros en el plazo de un año. Además de significar una gran fuente de ingresos, el nuevo impuesto tiene como objetivo la mejora de la salud pública, a través de la reducción del consumo de azúcares entre la población. Una recomendación que hace la OMS (Organización Mundial de la Salud) y que ya se aplica en otros países como Dinamarca, Francia o México.
Los zumos de frutas naturales, las bebidas alcohólicas y los productos alternativos a la leche si no tienen azúcares añadidos, así como los refrescos que no contienen azúcar como la Coca Cola Zero no están gravados con el impuesto.
No obstante, la medida no ha sido bien acogida en todos los sectores. La Asociación de Bebidas Refrescantes en España (Anfabra) asegura que el sector se siente discriminado, ya que hay otros productos, como la bollería, que también incluyen azúcares añadidos y para los que no han subido los precios.
Cataluña estudia ahora mismo extender este impuesto a otros productos.