Después de reavivarse el consumo en nuestro país con motivo de la salida de la crisis, el Banco de España ha avisado de una ralentización o desaceleración en la economía española.
Un nuevo análisis revela que las compras de productos no esenciales están empezando a descender. Al iniciarse la mejora económica con las noticias que dejaban constancia de la salida de la crisis, los españoles se apresuraron a realizar estas adquisiciones. Con el paso de los meses han ido perdiendo empuje.
Por esta razón, el Banco de España espera que el crecimiento esperado sea de un 2,4% frente al 3,1% que se ha previsto para 2017.
La información de la que dispone la entidad muestra signos de agotamiento del crecimiento de consumos de bienes duraderos. El servicio de estudios de la institución contempla tres indicadores básicos:
Por una parte, los datos que proceden del comercio al por menor de bienes de equipamiento de hogar, que ha caído un 2% en 2017, después de alcanzar tasas de hasta el 6% en los 3 años anteriores.
Otro dato significativo nos lo brinda el número de reservas hoteleras, que también se resienten a finales de año y descienden ligeramente después de varios años de subidas
Otro indicador es la brecha entre los bienes duraderos que se desean y los que se han adquirido que, después de tres años en positivo, vuelve a estar en negativo. La interpretación que se hace es que los consumidores ya tiene colmadas sus necesidades sobre dichos productos.
Durante los años de crisis, se retrasaron muchas compras en espera de una mejora económica. Las compras de bienes de primera necesidad se realizaron, pero los ciudadanos, en general, pospusieron sus compras de coches, muebles, electrodomésticos, viajes, reformas, por miedo a que su situación económica empeorara o a perder sus empleos. Una vez acabada la crisis la demanda se desató y ahora comienza a dar muestras de agotamiento.