El cava no consigue mejorar sus previsiones para este año, tras un 2017 bastante tímido.
Empresas y organismos reguladores coinciden en que las expectativas para 2018 están puestas en una venta de aproximadamente 250 millones de botellas al cierre del presente año.
Esto supondría más o menos la misma cantidad que en el periodo anterior.
Navidad sigue siendo la campaña estrella
Pese a que el cava es un producto que se puede consumir en cualquier época del año y que está ligado a muchas tradiciones y festividades, la campaña de Navidad sigue siendo la más importante de todas.
En consecuencia, las empresas dependen de la publicidad y la buena aceptación de su producto durante estos días, para que consigan alcanzar las cotas de venta propuestas.
Según cada compañía del sector el porcentaje varía, pero la horquilla de dependencia de las ventas de cava durante Navidad está entre el 30% y el 40%.
Empresas catalanas siguen afectadas por 2017
Responsables de Freixenet acusaron al boicot a los productos catalanes la reducción en la previsión de ventas. Según indicaron, sin este suceso, la campaña habría sido notablemente mejor.
Sin embargo, las cifras no refuerzan este argumento. Si bien Freixenet y otras bodegas catalanas pudieron descender el número de ventas, en el conjunto nacional el consumo de cava ni siquiera se ha mantenido. De hecho mantiene un descenso desde 1990 que ha llegado hasta el 2%, aproximadamente 90 millones de botellas al año.
Otras conclusiones de profesionales del sector identifican un proceso similar al sucedido con la cerveza en el mercado nacional, el de la diversificación de la oferta.
Las bodegas han abierto sus propias denominaciones de espumosos y el producto final tiene bastante calidad como para competir en el mercado. Obviamente lo hace en una relación de precio óptima, con respecto a marcas más conocidas.