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Futuros de cambio tras las elecciones en Venezuela y Francia

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Venezuela y Francia han coincidido casi incluso en el mismo día para celebrar unas elecciones importantísimas para el futuro de ambos países, incluso aunque en el caso del país europeo hayan sido meramente regionales.

En ambos casos se ha producido una continuidad de la tendencia de otros grupos políticos que irrumpen con aires de cambio frente a los gobiernos dominantes hasta este momento.

Venezuela da la espalda al chavismo

En Venezuela es donde se ha producido el cambio más radical. El partido opositor MUD (Mesa de la Unidad Democrática) ha obtenido 107 escaños de los 167 posibles frente a los 55 que ha obtenido PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), con Nicolás Maduro a la cabeza.

Según los analistas, Maduro no pudo conseguir la misma sintonía con el pueblo venezolano como sí hacía Chávez hasta su fallecimiento en 2013. Por esta razón, el chavismo sigue existiendo en el país pero incluso los propios simpatizantes del régimen han preferido optar por un cambio político en un país marcado por la crisis económica.

Todavía quedan por asignar 2 escaños, así como el papel que los militares adoptarán ante el cambio de partido. No obstante, parece que se optará por la continuidad y la integración política en una oposición capaz de cambiar la Constitución y, con ello, eliminar el poder que el chavismo imperante había aglutinado hasta este momento en base a la promulgación de leyes que le eran favorables.

Francia se radicaliza

En Francia se han celebrado elecciones regionales, concretamente en 13 regiones francesas, donde el Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen ha obtenido el 30% de los votos. Sorprendente cuando en el año 2007 apenas alcanzaba el 4,3%.

Una parte del argumento explicativo acerca de este giro de los franceses hacia la ultraderecha lo encontramos en los recientes atentados de París perpetrados por integrantes del Estado Islámico (ISIS).

Sin embargo, aunque este trágico suceso efectivamente motivara un incremento de los votos a favor de las políticas xenófobos contra cualquiera que no fuera francés, en realidad no justifica un aumento paulatino del apoyo a este partido político, que se viene fraguando desde 2007. En 2008 incrementó sus votos a favor tan sólo al 4,9%. Los dos aumentos importantes se dieron en 2009, cuando aumentaron su poder al 11,4% y en 2012, en el que llegaron al 24,9%. En los 3 años siguientes ha seguido sumando votos hasta el 30%, que lo sitúan como la mayor fuerza política frente al 27% del partido de Nicolas Sarkozy y el 23% del Partido Socialista de François Hollande, que es el partido más perjudicado los últimos meses.

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