De nuevo España contempla una nueva sesión de investidura dentro de la crisis institucional que ya atraviesa durante meses. O mucho cambian las cosas o esta etapa de la historia de España se va a describir como la crónica de unas terceras elecciones anunciadas.
Mariano Rajoy cuenta ahora mismo cuenta con 170 apoyos para sacar adelante su investidura como presidente del Gobierno, sumando los del Partido Popular, su propio partido, Ciudadanos y el apoyo conseguido por parte de Coalición Canaria.
Sin embargo, todo parece indicar que no alcanzará los votos positivos o abstenciones suficientes para conseguir su objetivo. Por lo expresado por los diferentes representantes de los partidos políticos que han ido desfilando por la tribuna de oradores, parece que Mariano Rajoy y el Partido Popular lo tienen verdaderamente difícil.
En el primer día de la sesión de investidura Rajoy expuso las líneas fundamentales de su pacto con Ciudadanos, se presentó como la alternativa de gobierno más respetuosoa con la voluntad de los españoles, conveniente y razonable, y apeló al sentido de Estado de los principales partidos de la Cámara para conseguir su apoyo o abstención y garantizar la unidad de España.
En el segundo día dedicado a las replicas de la oposición y las contrarréplicas del gobierno, Pedró Sánchez, el secretario general de PSOE reprochó a Rajoy su discurso de “desapasionado” y de “burócrata” y le acusó de buscar unas nuevas elecciones al no intentar siquiera dar razones a los diferentes partidos de la oposición para atraer su apoyo. Sánchez no perdona al PP años de corrupción, recortes y su poca credibilidad.
Por su parte, Rajoy pidió al líder del PSOE que no bloquee su investidura y que deje gobernar.
Llegó el turno de Pablo Iglesias, de Podemos, que protagonizó un cuerpo a cuerpo dialéctico bastante irónico con el candidato a la preseidencia del gobierno, reprochando el primero el pasado franquista del Partido Popular y el segundo la filiación comunista del Partido Podemos.
El representante de Ciudadanos, Albert Rivera, que acaba de firmar un acuerdo con el Partido Popular, subió a la tribuna para afirmar que, aun así, no se fía del presidente del gobierno. Asimismo, pidió al PSOE que utilice sus 85 diputados para controlar al gobierno de Rajoy y hacer una oposición fuerte.
El resto de partidos políticos también mostró su oposición al Partido Popular. La investidura seguirá en su segunda convocatoria, aunque con pocas posibilidades de que pueda llegar a buen puerto.