De unos años a esta parte el negocio del reciclaje se encuentra en constante expansión. Si lo examinamos con detenimiento su evolución ha sido progresiva y parece imparable: nuestros padres no reciclaban sus residuos como lo hacemos nosotros, mucho menos nuestros abuelos… Si nada lo impide, nuestros hijos crecerán educados en un nuevo modelo económico más sostenible y comprometido con el Medio Ambiente. Así pues, las perspectivas del sector del reciclaje se presentan halagüeñas y con grandes oportunidades de negocio en un futuro inmediato.
La legislación en materia medioambiental nos marca el rumbo y también trabaja en favor de un cambio de mentalidad en aquellos ciudadanos, colectivos o empresas más resistentes al cambio. Recientemente, el Consejo de Ministros español ha aprobado el nuevo Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) que establece las políticas de residuos a seguir hasta el año 2022. El objetivo principal de este plan es avanzar como sociedad hacia un modelo de economía circular, superar el viejo modelo lineal (de producir, usar y tirar), y cumplir los objetivos marcados por la Unión Europea. Como ejemplo más significativo, el plan al que hacemos referencia establece que el 50% del peso de los residuos que se produzca en nuestro país debe ser reciclados para el año 2020. Todo un reto si tenemos en cuenta que en 2012 los residuos reciclados en nuestro país no superaban el 29%.
El principio básico de la economía circular se basa en el reciclaje de cualquier material usado para reincorporarlo a la cadena productiva como una nueva materia prima. Esto beneficia a nuestra sociedad en términos económicos y medioambientales.
En este nuevo modelo al que estamos aludiendo, regulado por esta nueva normativa, el del reciclaje, sea de residuos orgánicos, papel, plástico, vidrio o chatarra, se convierte en un negocio al alza que va proporcionar grandes oportunidades para las empresas en los próximos años.