En los últimos años los arqueólogos e investigadores creían tener grandes posibilidades de encontrar la tumba de Nefertiti, que fuera reina de Egipto hace más de 3.000 años.
En el año 2015 un estudio realizado con un radar sugería que podía haber una cámara secreta en la tumba del faraón Tutankamón, que podía ser la estancia que albergará la tumba de Nefertiti, de la que jamás se ha encontrado ni su momia ni su tumba.
La investigación fue impulsada por el egiptólogo británico Nicholas Reeves, que sugirió que la reina Nefertiti podría estar enterrada en una tumba secreta que estaría oculta detrás de las pinturas que se encuentran en las paredes norte y oeste de la cámara funeraria perteneciente al faraón Tutankamón.
Sin embargo, nuevos estudios ha desestimado esta teoría. Así pues, se ha demostrado que no existe ninguna cámara secreta, ni siquiera umbrales ni marcos de puertas. Después de una investigación que ha durado tres meses, llevada a cabo por un equipo de expertos en geofísica liderado por Francesco Porcelli, de la Universidad Politécnica de Turín, hay que descartar esta teoría que tanto ha ilusionado a muchos egiptólogos. Así lo afirma un comunicado emitido por el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafá Waziri.
La tumba de Nefertiti seguirá siendo un misterio, como lo son muchas parcelas de su vida. Ella fue la esposa del faraón Akenatón, y ambos impulsaron una revolución al pasar de una religión politeísta a la veneración de un solo dios: Atón, el dios del Sol.
Los restos de Nefertiti nunca han sido hallados y son objeto de leyendas y especulaciones. El busto de Nefertiti, que puede admirarse en el Museo Neues de Berlín, es una de las esculturas egipcias más famosas y la imagen que todo el mundo tiene de esta misteriosa reina de Egipto.