El tropiezo del Fútbol Club Barcelona el pasado martes contra el París Saint Germain hicieron que las críticas comenzaran a aparecer en el seno del club blaugrana. Es cierto que el partido estuvo marcado principalmente por los errores en defensa, donde pérdidas tontas en campo propio de Jordi Alba y Daniel Alves costaron dos goles así como una salida en falso del guardameta Ter Stergen.
De acuerdo que los errores son provocados por los propios jugadores sobre el terreno de juego, para para eso está el entrenador, para intentar evitarlos. Luis Enrique al finalizar el partido habló en rueda de prensa y dijo que habían varios errores que habían costado el partido y que había que pulir. Si bien es cierto, los errores también se han producido por su parte a la hora del planteamiento.
Parece que hay un castigo a Gerard Piqué que no está contando con la confianza del técnico en favor de Javier Mascherano. Yo no vengo a discutir la titularidad o buen momento de forma del argentino el cual deslumbró por su capacidad táctica y sacrificio en el Mundial de Fútbol, al contrario, debería ser titular indiscutible. Sin embargo, debería serlo en la medular, puesto donde su curtió en el Liverpool y le sirvió para venir al Barça y donde mejor rindió con Argentina. ¿El damnificado? Claramente Busquets que sin olvidar lo gran jugador que es, no pasa ahora mismo por su mejor momento.
Adelantar a Mascherano a la medular donde de verdad salen a relucir sus virtudes, daría entrada a Piqué en el eje de la defensa junto a Mathieu, consiguiendo dos centrales de verdadera altura. No se puede permitir que un jugador parisino de 1,67 metros de altura te marque un gol de cabeza en un saque de esquina. Por último, no dudo ni de la calidad de Claudio Bravo ni la de Ter Stergen como porteros y mucho menos por un simple error, pero las rotaciones en la portería entre competiciones siempre me han parecido una frivolidad.