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Museo de las máquinas recreativas soviéticas en San Petersburgo

El deseo de revisitar la infancia o el pasado en general es algo que suele caracterizar a los nostálgicos. Para ellos la ciudad rusa de San Petersburgo tiene un lugar perfecto: el Museo de las máquinas recreativas de época soviética.

Dicho museo se encuentra en Koniushennaya Ploschad (edificio 2, letra B, muy cerca de la parada de metro Nevskiy Prospeckt) y consta de 40 máquinas recreativas distintas en buenas condiciones de conservación. La mayoría de ellas datan de la época de los años setenta hasta los años de la Perestroika, una época en la que de forma secreta y en fábricas militares diferentes entretenimientos fueron creados para que los soldados soviéticos mataran el tiempo.

Éste concretamente es el caso de la máquina recreativa Morskoi Boi (“Batalla naval), un arcade que se creó como parte de la equipación de los submarinos del Proyecto 941 con un único objetivo: entretener a los tripulantes del submarino en los largos ratos de espera mientras no pasaba nada. Así los soldados soviéticos podían entretenerse y de hecho el Morskoi Boi se hizo bastante popular, tanto que jóvenes no militares también se aficionaron a él y ahora lo recuerdan con nostalgia.

Las instalaciones son amplias y se puede pasear cómodamente entre la recreativa Tankodrom y la Sniper (o “Francotirador”), que realmente no se diferencian tanto de las máquinas recreativas que podemos encontrar en España de la mano de la empresa http://jomesa.es. Pero lo más interesante de este museo es que no se trata sólo de una exposición. De las 40 máquinas recreativas que incluye la exposición, más de 20 están en perfectas condiciones y se puede jugar con ellas. El precio de la entrada al museo es de 450 rublos (7’40€) e incluye ya que cada visitante pueda jugar 15 minutos a las máquinas soviéticas que les entretuvieron a ellos o a sus padres en décadas anteriores.

¿Eran tan diferentes las máquinas soviéticas a las que estaban más allá del telón? Pues no en exceso. Muchas eran de inspiración deportiva (básquet, hockey), con juegos de caseta de feria (juegos de caza o acertar en la diana) mientras que otros eran de temática bélica, para aquellos soldados que las iban a utilizar (combate de tanques, combate naval)… El objetivo al final era el mismo que en el bloque Occidental y los visitantes pueden recuperarlo fácilmente: jugar y divertirse un rato con esos juegos de arcade que tan buenos momentos hacían y hacen pasar a diferentes generaciones. Por cierto, que existe otro Museo de las máquinas recreativas de época soviética en Moscú, en Baumanskaya, 11.
Y para los que no quieran ir tan lejos, en España existen diversidad de bares con máquinas recreativas y cantidad de juegos diferentes, máquinas que por otra parte también llevan décadas acompañándonos y ya forman parte casi de la cultura de bar español.

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