No todo el mundo se lo esperaba, pero lo cierto es que Pedro Sánchez, con todo el aparato y los barones de su partido en contra, se ha impuesto con rotundidad en las elecciones primarias del PSOE.
De esta forma consigue recuperar su puesto de secretario general, después de haber presentado su dimisión hace poco más de medio año, y será el encargado de liderar a los socialistas españoles en el futuro inmediato.
La gran derrotada fue Susana Díaz, que consiguió el 40% de los votos, mientras Sánchez se alzaba con la victoria con el 50% y el candidato Patxi López obtenía un 10%.
Los periódicos definen hoy a Pedro Sánchez como un caso insólito de resurrección política. Hace tan sólo un par de meses muchos no daban un duro por él. En realidad no se le empezó a tomar en serio hasta que sus mítines comenzaron a abarrotarse.
También apunta la prensa que Pedro Sánchez y la nueva ejecutiva tendrán que trabajar duro para coser y restañar las heridas de un PSOE que atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia.
Haberse hecho fuerte en el mensaje del “No es no” y haber rechazado abiertamente la abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy ha jugado a favor del nuevo secretario general. Haber presentado su dimisión ha sido visto como un acto de honestidad por los afiliados. Asimismo, el hecho mismo de la abstención ha sido visto como una traición a las bases por la mayor parte de la militancia, como demuestra el resultado de estas elecciones primarias.
El mensaje de Pedro Sánchez después de la victoria fue conciliador e integrador, asegurando que el PSOE es una gran familia. Agradeció el trabajo de sus dos rivales por haberse esforzado para hacer un PSOE más fuerte. También habló de su apuesta por “regenerar España”. Los tres candidatos posaron dándose la mano después de conocerse el resultado