Los principales partidos políticos que se presentan a las Elecciones generales de España el próximo 26 de junio incluyen en sus programas medidas concretas en cuanto a política fiscal. Veamos qué propone cada uno de ellos: PP, PSOE, Podemos y ciudadanos.

Partido Popular: pese a las previsiones económicas, el PP asegura que, de conseguir el revalidar su gobierno, bajará el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas). El partido de Mariano Rajoy asegura, por boca de su candidato, que bajará todos los tramos del IRPF en 2 puntos. Sin embargo, el PP no cumplió su promesa en 2011, a pesar de haberlo prometido en campaña. La herencia recibida por el PSOE de Zapatero fue, según este partido, la causa del incumplimiento de la promesa.

PSOE: El partido liderado por Pedro Sánchez, principal partido de la oposición, plantea una reforma fiscal que mantenga el impuesto IRPF para las rentas medias y bajas y que lo suba a las rentas más altas. De llegar al poder, este partido aprobaría esta reforma en un plazo de 6 meses.  La reforma fiscal del PSOE incluiría una tributación mínima en el impuesto de sociedades, un mínimo común en el Impuesto de Sucesiones y Patrimonio, una rebaja del IVA cultural y el castigo al fraude fiscal.

Unidos Podemos: la coalición entre Podemos e Izquierda Unida apuesta por una subida del impuesto sobre la renta a partir de los 60.000 euros anuales. El proyecto de Unidos Podemos pretende un sensible aumento del gasto público. Por ello, su reforma fiscal incluye subidas de distintos impuestos, a excepción del IVA, a las grandes rentas, grandes fortunas y grandes empresas. Según la formación liderada por Pablo Iglesias bajar los impuestos es un peligro para la sostenibilidad de los servicios públicos y generará nuevos recortes.

Ciudadanos: la propuesta del partido dirigido por Albert Rivera consiste en mantener la fiscalidad como está aproximadamente durante un año para luego pasar a reducirla. En estos momentos este partido está revisando sus antiguas promesas de rebajar el IVA y el IRPF, para evaluar cómo compensar el desvío del déficit de España que se ha producido en 2015. Parece ser que finalmente no tocaría el IVA y que la formación se ha comprometido a no subir los impuestos a los ciudadanos.