El presidente Mariano Rajoy se ha comprometido a impulsar, en lo que resta de legislatura, una mejor de la calidad de la democracia. Para ello dice estar dispuesto a debatir con el resto de partidos cuestiones como la reducción de aforados en España o la elección directa de los alcaldes.
Rajoy ha anunciado este compromiso político como el único que le queda al partido Popular hasta las próximas elecciones generales, tras dar por sentado que la recuperación económica ya está en proceso y que se verá reforzada con reformas pendientes como la fiscal.
Otra cuestión a estudiar sería la reducción de diputados autonómicos y de ayuntamientos, aunque en esto último el partido ha querido dejar claro que no tiene intención de recortar el número de ayuntamientos, sino que quiere estudiar si es bueno que haya más o menos y las consecuencias económicas resultantes en cada caso.
Otra de las medidas que quiera abordar el PP es la elección directa de los alcaldes, una idea que ya ha sido defendida en otras ocasiones y que permitiría gobernar un municipio a la lista más votada aunque no tuviese mayoría absoluta.
El Partido Popular pretende valorar éstas y otras cuestiones a fin de «mejorar la calidad democrática» al tiempo que se continúa con las mejores económicas y sociales que, según los populares, ya están comenzando a dar resultado tras varios años de crisis. Con estas medidas el partido espera recuperar la confianza de los ciudadanos, y también la de algunos de sus votantes, de cara a los próximos comicios y tras el varapalo sufrido en las urnas en las pasadas elecciones europeas.
Lo que parece quedar en un segundo plano, a tenor de las últimas declaraciones del partido, es la reforma fiscal presentada recientemente por el Gobierno o la cuestión relativa al sistema de financiación autonómica. En el caso de la reforma fiscal, Rajoy ha admitido que es susceptible de sufrir cambios a instancia de agentes sociales y otros partidos, los cuales no ven con buenos ojos, por ejemplo, que tributen las indemnizaciones por despido.