Algunos expertos aseguran que los pintores españoles Diego Velázquez y Bartolomé Murillo llegaron a conocerse, aunque hay otros que niegan esta posibilidad. En cualquier caso no existen pruebas documentales concluyentes.
Sea como fuere, estos dos genios del Arte nacieron con, aproximadamente, 18 años de diferencia (Velázquez en 1599 y Murillo en 1617), en la misma ciudad, Sevilla. En un principio, representan estilos opuestos, Velázquez resulta más intelectual y Murillo está más centrado en la temática religiosa.
Sin embargo, la tesis que impulsa la exposición “Velázquez. Murillo. Sevilla” es que su pintura comparte cierto espíritu común . La muestra extrae los principales rasgos de este diálogo de arte, que podrá visitarse hasta el 28 de febrero en el Hospital de los Venerables de la capital andaluza.
Es obvio que Murillo conoció la pintura de Velázquez, que ya había alcanzado fama y notoriedad cuando un joven Murillo comenzaba a pintar.
La exposición establece dicho diálogo entre 19 obras, 10 de Velázquez y 9 de Murillo, seleccionadas por Gabriele Finaldi, director de la National Gallery de Londres. Con esta muestra dedicada a estos dos grandes genios de nuestra pintura, la Fundación Focus Abengoa celebra su 25 aniversario.
Las obras han llegado hasta Sevilla procedentes de diferentes museos: el Museo del Prado ha prestado 5 de ellas, mientras que han completado la muestra aportaciones de la National Gallery de Londres, el Museo del Louvre, The Wellington Collection, Dulwich Picture Gallery, Kunsthistorisches Museum de Viena, el Museo de Bellas Artes de Orleans, The Frick Collection de Nueva York o el Fondo Cultural Villar Mir.
Todas las obras se encuentran en la misma sala y agrupadas por temáticas, circunstancia que ha sido buscada por la organización y que propicia que el espectador pueda ser testigo de ese diálogo de tratamientos pictóricos entre las dos paletas sevillanas, de sus semejanzas y diferencias.