A la hora de plantearnos viajar al extranjero, si no contamos con demasiado presupuesto tendremos que tener en cuenta el coste de vida y el cambio de moneda, para que jueguen a nuestro favor. No todo tiene que ser viajar a Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Dinamarca. Hay muchos más destinos en los cuales podemos pasar unas extraordinarias vacaciones que no nos saldrán tan caras.
Por ejemplo, un país a tener en cuenta es Armenia, un país pequeño pero con una gran riqueza histórica y cultural, y parajes de ensueño. Situado en una supuesta frontera imaginaria entre Europa y Asia, el país se independizo de la Unión Soviética a principios de los años 90. EN Armenia puedes disfrutar con sus lagos gigantescos, sus caravanas de la Ruta de la Seda, monasterios, y disfrutar de su estupenda gastronomía. Encontrar un vuelo a Armenia no es caro y allí pagaremos en Drams armenios. Todo nos resultará barato.
Otro gran desconocido es Montenegro, este país balcánico a orillas del mar Adriático que aunque no pertenece a la zona euro ha adoptado nuestra moneda. Sus ciudades son atractivas y en nuestro recorrido por este país podemos encontrar preciosos paisajes y playas, pueblos muy bien conservados, ruinas romanas… Date prisa en visitar Montenegro porque es un mercado turístico en expansión y se está haciendo popular. National Geographic Traveler incluyó a Montenegro entre los «50 lugares para visitar antes de morir».
Lituania es también un país de la zona euro para el que se pueden encontrar vuelos muy económicos y cuyo nivel de vida puede permitirnos pasar nuestras vacaciones holgadamente. Muy recomendables su gastronomía, el castillo de Katrai en Vilna, una visita a Kaunas, el puerto de Klaipeda y las dunas de Neringa (patrimonio mundial de la UNESCO).
Existen otros destinos económicos para un español a la hora de viajar al extranjero, como Portugal, Jordania, Corea del Sur, Bulgaria… Todo es cuestión de enfocar bien un viaje y descubrir lugares del mundo que no están masificados por el turismo y en los cuales podemos disfrutar de unas buenas vacaciones sin gastarnos mucho dinero.