En las últimas semanas cientos de estrellas han dirigido cartas de protesta a la Unión Europea exigiendo un reparto más justo de los derechos digitales y protección frente a Youtube. En opinión de los creadores, la plataforma más famosa de contenidos audiovisuales les paga un porcentaje nada significativo frente a los ingresos millonarios que obtiene gracias a la explotación de sus obras.
Al principio fueron los músicos. Nombres como Paul McCartney, Coldplay y Lady Gaga hicieron llegar sus misivas al buzón de la presidencia de la Comisión Europea. Ahora llegan con refuerzos de otros ámbitos artísticos: la última carta lleva una buena cantidad de firmas de músicos, cineastas, dibujantes, escritores… entre los que se encuentran 200 representantes de la cultura española, como Pedro Almodóvar, Alejandro Sanz o Joaquín Sabina, que exigen un trato justo a cambio del uso de sus obras online.
En líneas generales los artistas señalan que en la era digital sus obras se consumen más que nunca pero eso no se refleja en ingresos. Acusan a Youtube, plataforma a la que reprochan que se enriquece a sus espaldas gracias a sus obras y que se beneficia de la piratería.
La batalla no se libra sólo en los límites de la Unión Europea. Otras estrellas, como Elvis Costello o Taylor Swift, han hecho llegar sus quejas hasta el Congreso de los Estados Unidos.
Youtube se defiende: desde 2009 asegura haber pagado más de 2.500 millones de euros a los creadores y asegura haber eliminado los efectos de la piratería con su sistema Content ID, que identifica aquellos vídeos que violan los derechos de autor y que permite al propietario eliminarlo o beneficiarse de los beneficios publicitarios que genere.
Sin embargo, un reciente estudio de la compañía Midia pone sobre la mesa cifras de reparto que pueden comprometer a Youtube. Y concluye que el problema es realmente difícil de resolver, ya que Youtube viene a ser la plataforma musical digital más valiosa y visitada, y a la vez representa una amenaza para la sostenibilidad del sector.