Entre los días 17 y 24 de septiembre, la ciudad de Bergen (Noruega) acogió el LXXXIV Campeonato Mundial de Ciclismo en Ruta, organizado por la Organización Ciclista Internacional (UCI) y por la Unión Ciclista de Noruega.

La competición otorgó 8 títulos de campeón mundial en las diferentes modalidades de contrarreloj y ruta, entre los que habría que destacar el gran triunfo del eslovaco Peter Sagan en la modalidad de ruta masculina.

Este corredor de 27 años, se alzó con la victoria en esta competición por tercera vez consecutiva, ya que también obtuvo el triunfo en las ediciones de 2015 y 2016.

Solo cuatro corredores a lo largo de toda la historia del ciclismo, cinco si lo contamos a él, han conseguido un triple campeonato mundial, y para encontrar al precedente más cercano en el tiempo hay que remontarse más de 10 años: Alfredo Binda (1927, 1930 y 1932), Rik van Steenbergen (1949, 1956 y 1957), Eddy Merckx (1967, 1971 y 1974) y Óscar Freire (1999, 2001 y 2004).

Sin embargo, nadie en la historia del cliclismo había conseguido jamás ganar tres campeonatos mundiales de forma consecutiva, una gesta muy difícil de igualar. En esto Peter Sagan ha hecho historia al ser el primero en conseguir semejante hazaña. Todo un hito.

Peter Sagan batió en el sprint al noruego Alexander Kristoff y al australiano Michael Matthews, que obtuvieron la medalla de plata y de bronce, respectivamente. Este derroche de potencia deslumbrante le ha servido para rubricar una temporada impecable (tan solo empañada por su descalificación en el Tour de Francia) en la que ha cosechado ni más ni menos que 104 triunfos.

Visiblemente emocionado, el corredor eslovaco, del equipo Bora, quiso dedicar su triunfo a su mujer, que actualmente está embarazada, y al ciclista italiano Michele Scarponi, fallecido durante este año.