El actual parlamento español, tal como quedó conformado el pasado 20 de diciembre tras las últimas Elecciones Generales, vive una fragmentación que nunca antes se ha visto. Las posibilidades de pactos son bastante reducidas y, cada día que pasa, parece que estamos más cerca de volver a las urnas. Ni a izquierdas ni a derechas parece despejarse el panorama; tampoco con soluciones de transversalidad ideológica parece posible la formación de gobierno.
Gran parte de la opinión pública considera inevitable la repetición de elecciones y no son pocos los que se muestran defraudados con la actitud de unos políticos que parecen no haber entendido el mandato de diálogo que exigieron las urnas. Así las cosas, la mayoría de los analistas consideran que unas elecciones anticipadas influirían en el ánimo de los votantes españoles y que harían aumentar la abstención.
Algunos expertos ponen como ejemplo precedente las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid de 2003. En aquella ocasión, no fue posible formar gobierno y los madrileños tuvieron una doble ración electoral en un plazo de cinco meses. ¿Qué se observo claramente en los resultados? Un gran aumento de la abstención. La participación cayó siete puntos, del 69,3 al 62,6, uno de los valores más bajos en unas elecciones en la citada comunidad de toda su historia democrática.
No es de extrañar, cuando a los ciudadanos se les pide volver a votar en un corto espacio de tiempo algo que ya han votado se produce un efecto de cansancio que hace que los votantes acaben por no acudir a la llamada de las urnas.
De repetirse las elecciones, distintos analistas coinciden en que sería el PSOE el partido más perjudicado. Según el CIS, su electorado es el menos involucrado políticamente. Sin embargo, también hay otro factor a tener en cuenta: quién será el partido al que los ciudadanos van a responsabilizar del fracaso en las negociaciones. En este sentido, parece que Podemos pudiera llevar la peor parte, ya que, según las encuestas, el 18% de su electorado considera que suya es, principalmente, esta responsabilidad, un discurso esgrimido por el PSOE a lo largo de las últimas semanas al que Podemos no ha sabido ofrecer una reacción convincente. Sin embargo, siguiendo el ejemplo de las últimas elecciones, Podemos demostró ser capaz de una remontada de última hora. Así que habrá, como siempre, que esperar acontecimientos.