Según la consultora Nielsen, más del 50% de los españoles realiza un proceso de búsqueda y comparación de ofertas a través de Internet antes de realizar su compra. Además, estos usuarios señalan que en Internet encuentran las mejores ofertas y que consideran que los costes de las compras por Internet son más asequibles.
La crisis económica supuso un fuerte impulso para la proliferación de estas plataformas en un entorno en el que el uso de Internet ya estaba ampliamente extendido y el hábito de compra online bastante implantado en nuestra sociedad. En los años de mayores ajustes económicos las ventas a través de Internet han supuesto alrededor de un 20%.
En este contexto surgieron los comparadores de precios para revolucionar el mundo de las compras online, como herramientas que permiten al usuario informarse sobre las características y precio antes de comprar un determinado producto.
Desde su aparición, los usuarios han demostrado cada vez mayor interés hacia estas plataformas y las visitas a sus servicios se multiplican. Su uso se ha popularizado hasta el punto de que el 84% asegura que estas herramientas les ayudan ahorrar en sus compras.
Uno de los sectores en el que las consultas online para comparar diferentes productos siguen creciendo es el de los seguros. Las plataformas de este sector cada día reciben más visitas. Es el ejemplo de Kelisto.es, una plataforma de las más populares, que ofrece una completa comparativa entre seguros de coche, moto, furgonetas, salud, seguros de hogar, de vida, de empresa…
Sin embargo, como causa y consecuencia del éxito de estas plataformas, en Internet hoy en día se puede comparar cualquier producto o servicio de cualquier sector: viajes, supermercados, hoteles, hipotecas, tecnología, productos financieros, ropa, tarifas energéticas… el fenómeno ha alcanzado a todos los ámbitos y en la mayoría de los casos, con la satisfacción de los usuarios expresada en las encuestas.
En el futuro inmediato, estas herramientas se enfrentarán a varios retos importantes: por un lado, la propia saturación del mercado, y por otro, falta saber cómo podrán sobrevivir estas plataformas cuando se estabilice la situación económica y se supere la crisis. La mayoría de los comparadores surgieron en ese caldo de cultivo de restricciones, con unos consumidores especialmente sensibles al factor precio. Según afirman los expertos, superada esa actitud, estos comparadores acabarán convirtiéndose en herramientas de información, ya que el usuario cada vez va a demandar una compra mejor informada. Por último, la propia evolución del comercio electrónico y sus distintos sectores tendrá mucho que decir en el futuro de los comparadores online.