España está inmersa en una de las situaciones políticas más inestables de toda su historia de democracia. Pese a que la confianza de los españoles está demostrándose a prueba de cualquier debate político, para los inversores españoles, la situación actual de España no sólo afecta a decisiones económicas centradas en el país únicamente, sino que puede influenciar a toda la divisa europea y, por extensión, a su fuerza con respecto al resto de divisas.

De esta manera, la incertidumbre sobre la ideología del partido político que terminaría gobernando el país en cualquiera de los escenarios previstos, así como otros dilemas como el expuesto de la independencia de Cataluña, sitúan a España en una posición realmente en deterioro con respecto a los países más fuertes de la Unión Europea.

Otro de los principales problemas que también afecta a la confianza en España son los precedentes de Grecia. Este pasado verano estalló la situación con una crisis económica que por muy poco casi consigue hacer abandonar al país de la Unión Europea, lo que inevitablemente habría afectado a la fortaleza del euro. De hecho, la divisa vio reducir su fuerza respecto a otras monedas del mercado de divisas y cualquier inestabilidad en un país miembro ahora hace recordar esa reciente y tensa época.

Según varios informes de entidades bancarias y financieras de nivel internacional, la situación política en España no sólo es inestable, sino que llega incluso a un callejón sin salida, del que la única opción viable es el de la celebración de nuevas elecciones generales, algo para lo que los principales partidos políticos se han estado preparando desde el mismo día en que se celebraron las últimas, pero ninguno de los grupos ha reconocido que podría ser una buena opción. En todo caso e independientemente de las votaciones consecuentes el daño al euro ya está hecho y España sólo puede resolver su parte de responsabilidad formando un Gobierno lo antes posible.