El videojuego es un medio de expresión relativamente reciente que tiene todavía que evolucionar. Sin embargo hay determinados profesionales del ocio interactivo que están pidiendo una reflexión más reposada y más consciente de lo que es un videojuego, para qué sirve y qué efectos puede conseguir.
Según Warren Spector, creador de algunos videojuegos de renombre como «Deus Ex» y «Epic Mickey», un profesional que lleva más de tres décadas vinculado al mundo del ocio interactivo, existe una absoluta falta de reflexión en torno al proceso de creación de un videojuego.
Este reputado profesional señala que un videojuego tiene diversa utilidad: nos ayuda a desintoxicarnos y evadirnos de la actividad cotidiana, nos ayuda a construir una experiencia mientras jugamos, nos permite, en definitiva, vivir y contar nuestra propia historia.
Un videojuego es una herramienta de aprendizaje capaz de contribuir a la construcción de la identidad del individuo y de fomentar su sentido crítico.
Spector coincide con otros colegas de profesión, como el director creativo de la saga “Watchdogs”, John Morin, y el de “Dishonores”, Harvey Smith. Según los tres, un videojuego ha de plantear dilemas al jugador, no proporcionarle una experiencia cerrada a la que no haya nada que aportar.
Morin refuerza la idea con su opinión de que el gran videojuego es aquel que hace comprender al usuario algo acerca de sí mismo, no el que te cuenta cosas acerca de su creador.
Este creador también pide un mayor diálogo entre creadores. El videojuego es un medio joven, que no se sabe hasta dónde podrá llegar, pero sobre el que hay que dialogar y reflexionar. Debemos ser conscientes del impacto que puede llegar a tener en la audiencia.
El objetivo se podría resumir en que es preciso un cambio de mentalidad en los creadores que les convierta en profesionales más reflexivos, capaces de retar con sus creaciones a la audiencia, que les aliente a pensar, a sentir…