La independencia generaría un grave empobrecimiento en la sociedad catalana. En estos términos se ha expresado  el Ministro de Economía, Industria y Competitividad de España, Luis de Guindos, en unas declaraciones realizadas a la Cadena Cope.

Según De Guindos, el paro se multiplicaría por dos y se produciría una fuga de ahorros masiva. El titular de Economía ha señalado además que una hipotética independencia significaría la salida de Cataluña de la zona Euro y de la Unión Europea, lo que supondría que el 75% de su producción quedaría sujeta a aranceles. En consecuencia, Cataluña tendría que crear su propia divisa, siempre según los argumentos del ministro, con una devaluación de hasta el 50% y una reducción del PIB entre el 25 y el 30%.

Por otra parte, los bancos españoles con sede en Cataluña tendrían que cambiar su domicilio, lo que supondría una gran incertidumbre.

Consecuencias todas ellas de las que no hablan los defensores del proceso secesionista, según comentó el ministro.

Ante esta situación, el ministro califica el proceso de absolutamente inviable. En su opinión, es algo tan irracional que ni los inversores, ni  los mercados de capitales ni el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (Ecofin) pueden considerarlo viable y no lo incluyen en sus cálculos, dado que, además, el gobierno español no va a dejar que ocurra.

Por su parte, el consejero de empresa catalán, Santi Vila, ha reaccionado a estas declaraciones aportando un dato, según él “objetivo”, que indica que las cifras de exportaciones e inversiones extranjeras realizadas en Cataluña, así como la evolución del paro en dicha comunidad son «las mejores de la década».

El ministro asegura que en el concierto internacional de inversores y mercados financieros nadie contempla que pueda declararse la independencia en Cataluña.