Parece que las últimas novedades de los grandes tecnológicos van todas centradas en llevar a cabo un sistema de pago mediante nuestros dispositivos móviles. En pocas palabras, se trata de poder llevar centralizadas todas nuestras tarjetas en nuestro dispositivo sin necesidad de llevar encima en formato físico dentro de nuestra cartera. A simple vista la verdad es que es muy cómodo pues si cuentas con varias tarjetas sabrás de que estamos hablando. El último que ha saltado a la palestra ha sido Apple con su propio sistema de pago por móvil que además, está desarrollado pensando en la misma infraestructura que las tarjetas de plástico por lo que su adaptación sería inmediata.
Hablan de comodidad y lo que es más importante, mayor seguridad en caso de pérdida o robo de nuestro smartphone, más que si perdiéramos la cartera. El GPS permitiría localizar el dispositivo y rastrear mucho mejor los movimientos de quien se atreva a a usarlo de forma fraudulenta. Además, con una sola llamada sería posible bloquear el dispositivo en lugar de ir cancelando una por una todas las tarjetas. Mayor comodidad también al recuperarlo, no habría que volver a dar de alta cada una de ellas.
Hasta aquí todo parece bonito y maravilloso y que los pagos móviles están a la vuelta de la esquina siendo cuestión de muy poco tiempo que todos utilicemos nuestro dispositivo para realizar las compras. Pues sinceramente, creo que en España va a ser muy complicado. Estamos hablando de que los usuarios utilicen su móvil para pagar cuando no se fían de meter su número de tarjeta en una tienda online. Llevamos años de lastre en el comercio electrónico español por la desconfianza de los usuarios a la hora de comprar online. Se ha demostrado que comprar online es mucho más seguro que realizar otro tipo de transacciones y aún así en España la confianza sigue siendo uno de los talones de aquiles del comercio electrónico. ¿De verdad vamos a fiarnos de pagar con nuestro teléfono móvil?
