El pasado 10 de noviembre volvieron a celebrarse unas Elecciones en España, con el objetivo de desbloquear la paritaria situación de partidos, que impide que ninguno de los candidatos consiga una mayoría absoluta, necesaria para gobernar.
Los comicios no han ayudado a conseguir un desbloqueo claro, al menos a corto plazo, pero sí ha generado consecuencias que se notarán a corto y largo plazo en el panorama político español.
C’s se hunde y Rivera dimite
La consecuencia más sonada de todas no ha sido precisamente la revalidación del PSOE como el partido más votado. De hecho, Pedro Sánchez ha perdido 3 escaños respecto a las pasadas Elecciones del 28 de abril.
La noticia que ha copado titulares de todos los medios de comunicación ha sido la dimisión del secretario general de Ciudadanos (C’s), Albert Rivera, ante los malos resultados obtenidos.
El partido naranja ha bajado de 57 a 10 escaños, uno de los mayores reveses políticos que un partido había sufrido en la democracia española.
VOX ya es tercera fuerza política
La segunda consecuencia notable de estas Elecciones es el ascenso de VOX a tercera fuerza política, con 52 escaños, frente a los 24 que tuvo inicialmente.
El partido que dirige Santiago Abascal se postula como el mayor rival del PSOE, ante la posibilidad de que la investidura de Pedro Sánchez se pacte con el resto de los partidos. El grupo político de VOX ya ha confirmado que no la apoyará, aunque sí entenderá que otros lo hagan.
La investidura, una opción más plausible
Aunque PSOE se topa con un Unidas-Podemos en horas bajas, que ha perdido aún más escaños (de 42 a 35), la investidura de Pedro Sánchez se antoja más posible.
En primer lugar porque desde PP valoran por primera vez una abstención. El grupo político de Pablo Casado aumenta de forma sostenible sus escaños, desde 66 hasta 88 y no quiere desgastar su buen recorrido con otras elecciones.
Por otra parte, es más probable el apoyo de C’s a Sánchez, ante su situación de inestabilidad actual.