Final polémica, inédita y pacífica la jugada en el Santiago Bernabéu, tras los incidentes sucedidos en Argentina. La Copa Libertadores se trasladó hasta la capital de España, para que River Plate y Boca Juniors zanjasen este enfrentamiento en un partido de vuelta en el que todo era posible.
Boca Juniors, de la exaltación a la tristeza
Se adelantó en el marcador el Boca Juniors, con un gol de Darío Benedetoo en el 44′. La euforia entre los seguidores del equipo era notable, pero no duró demasiado. La segunda parte fue todo un dominio del River Plate, que en apenas 15 minutos empató el encuentro. Fue obra de Lucas Pratto en el 68′ y el único tanto, antes de llegar a una prórroga de infarto.
En ella, el Boca pasó de la exaltación a la tristeza, ante los tantos de Juan Quintero en el 109′ y de Gonzalo Martínez en el 122′. Gana finalmente el River Plate, ante un Boca heroico, decidido, pero herido tras la tarjeta roja de Barrios en el 92′.
Una final sin incidentes en Madrid
El Santiago Bernabéu y los alrededores del campo celebraron la final sin incidentes. El partido entre los clubes argentinos llegaba a Madrid considerado «de alto riesgo», debido a que tuvo que aplazarse en su país natal debido a enfrentamiento entre aficionados, cargas policiales y daños colaterales entre los propios jugadores.
Sin embargo, la celebración del encuentro en el campo del Real Madrid, fue respetuosa, intensa y exenta de altercados. Incluso en el terreno de juego, los jugadores demostraron máxima deportividad durante el largo partido, transmitiendo así calma y respeto mutuo entre sus seguidores.
Para la crítica nacional e internacional, la final de la Copa Libertadores ha sido un ejemplo de buen fútbol y convivencia entre hinchadas.