Tras lo sucedido con Huawei, desde Estados Unidos llega una nueva confirmación de que otra empresa china está siendo vigilada por el Gobierno. Si bien, no se ha anunciado un veto oficial como en el caso de la compañía de telecomunicaciones, la veracidad confirmada de este interés por medios de comunicación estadounidenses, ha agravado la situación.
Presión para Hikvision
Es mucho más desconocida entre los usuarios, pero Hikvision disfruta de una valoración bursátil por encima de los 30.000 millones de euros. Aún los mantiene, pese a que el anuncio de una vigilancia por el Gobierno de Estados Unidos ha supuesto una presión considerable.
Los inversores huían despavoridos de su cotización, provocando en un solo día caídas del 10%. Ha conseguido recuperarse hasta el 5,5%, en parte porque desde Estados Unidos no se han anunciado medidas como en el caso de Huawei y, por otro lado, por la propia fiabilidad de la empresa.
¿Por qué Hikvision ahora?
La presión sobre Hikvision se debe a la naturaleza de su negocio. La compañía, con sedes en Estados Unidos y Canadá, también entra en el terreno tecnológico, pero volcándose en sistemas de videovigilancia y seguridad.
Sus avances permiten incluso identificar rasgos faciales y corporales, con los que hacer seguimientos de individuos por las calles. A ello se le suman cámaras de coches, cámaras térmicas y hasta el desarrollo de drones.
Desde Estados Unidos parece que se está planteando si conviene o no tener relaciones comerciales, con una empresa de origen chino tan capaz de poder vigilar a ciudadanos norteamericanos.
La empresa, de hecho, tiene su sede estadounidense ubicada en Silicon Valley (California), como un centro de I+D, en el corazón tecnológico del país.
Todavía no se ha anunciado ninguna medida similar a la del veto a Huawei, pero teniendo en cuenta que es el máximo proveedor mundial de este tipo de productos, es poco probable que se le censure con tanta determinación.