Los Golden State Warriors han llegado a las últimas cinco finales de la NBA. Ganan en 2015, 2017 y 2018. En 2019 eran favoritos con el tándem Curry-Durant, pero no lograron el objetivo.
Kevin Durant decidió probar nueva suerte con los Brooklyn Nets. Klay Thompson se destroza la rodilla. Y todas las expectativas de los Warriors se ponen cuesta arriba.
Las apuestas en contra auguraban espectáculo. El hecho de perder los dos primeros partidos de esta temporada, echaban más leña al fuego. Pero nadie se esperaba lo del tercer encuentro.
Curry se rompe su herramienta de trabajo
En el fútbol es la pierna, en el tenis son los hombros, en el ajedrez es el cerebro. Cada deporte tiene su principal herramienta de trabajo y en el caso del baloncesto, es la muñeca.
Justo la zona del cuerpo que Stephen Curry terminó rompiéndose en el enfrentamiento de Warriors y Phoenix de esta madrugada del jueves. El partido también lo perdieron, 110 a 121. Pero nadie se preocupaba ya por el marcador.
Se desconoce cuándo volverá al terreno de juego Curry. Los primeros avances hablan de al menos 3 meses. Pero lo realmente preocupante es ¿volverá a tener la magia en su muñeca?
Los Warriors contra el mundo
El equipo favorito en otras temporadas se queda ya como el menor candidato para llevarse el anillo este año.
No solo es el tema de Curry. No solo la imponente lesión de Thompson. Ni siquiera es la marcha de Curry. Es que además el pívot Kevon Looney padece una neuropatía que le afecta muscularmente. No hay fecha de regreso.
Con todas las lesiones, Steve Kerr se enfrenta a su mayor hazaña. Draymond Green debería ser su mejor baza, pero nunca ha visto bien aprovechar ese comodín. Además su “baraja” de jugadores se mueve entre rookies y veteranos, demasiado extremos como para lograr un “five players” óptimo.
